
Hoy esta bebé pesa seis kilos, y aunque se pensaba que iba a vivir en estado vegetativo, “ha empezado a chuparse el dedo, ríe y se relaciona con todos. Su deseo de vivir es contagioso, todas las personas que van a verla piden volver otra vez”, según su madre adoptiva. Un ejemplo que quizá pueda hacer pensar a la pareja cuyo deseo de abortar un bebé con malformaciones aireaba el domingo el diario El País.
A la niña italiana le fue diagnosticada ceguera. Los padres decidieron abortar, pero la pequeña nació viva y los médicos le salvaron la vida, como prevé el artículo 7 de la Ley 194 de 1978 que introdujo el aborto en Italia: “cuando subsiste la posibilidad de vida autónoma del feto, el médico que realiza la intervención debe adoptar todas las medidas idóneas para salvaguardar la vida del feto”. Recientemente, el Consejo Superior de Sanidad italiano, apoyando a la ministra Livia Turco (del Partido Democrático de la Izquierda, del recién dimitido Romano Prodi), se manifestó partidario de limitar la asistencia a los bebés prematuros abortados. Además de la ley, esta evidencia de que niños con menos de 24 semanas pueden sobrevivir al aborto viene a apoyar la petición hecha el mismo día 2 por los directores de cuatro clínicas ginecológicas romanas para que asista a todo neonato viable “como a cualquier persona en peligro”. La discusión se suma a la promovida por el diario Il Floglio para pedir a la ONU una moratoria del aborto como la aprobada sobre la pena de muerte.
Los padres de esta niña prematura decidieron, toda vez que sobrevivió al aborto, darla en adopción. Siete meses después de nacer, fue acogida por un matrimonio en una de las 200 casas-familia que promueve la Asociación Comunidad Juan XXIII. Según el testimonio de su madre adoptiva, “la niña es espléndida, llena de vida y cambia el corazón de cualquiera que la conozca”. Aparte de la ceguera y de pesar sólo 562 gramos, la niña tuvo que ser sometida a una operación de corazón con sólo 10 días de vida, sufrió una hemorragia cerebral, varias infecciones, problemas respiratorios y de alimentación.
El caso de la niña italiana revelado el día 2 constituye, que se sepa, un récord de supervivencia prematura para bebés abortados. Si nació a principios de noviembre de 2006, sólo por unos días perdió el récord absoluto de supervivencia de bebés prematuros, ya que el 24 de octubre había nacido Amillia Sonja Taylor en Miami (en la foto), con algo menos de 22 semanas y 284 gramos de peso, que aparece en la fotografía.
Fuente. jovesprovidabcn.spaces.live.com
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