Enfrentamos un tiempo muy difícil
como sociedad segregada y violentada en todas las áreas del desarrollo
nacional. Enfrentamos cambios y continuas transformaciones. Enfrentamos desafíos
y nuevas esperanzas. Y es en este sentido que creemos que una política siempre
debe estar orientada a generar una sociedad justa y verdadera. El derecho más básico del que puede gozar una
sociedad ética, moral de mayoría cristiana es el derecho a la vida. Debemos
recordar que la historia nos ha demostrado que este derecho solo puede ser protegido
por aquellos que al menos entienden lo que es bueno y lo que es malo.
El pasado 21 de Mayo la Presidenta Bachelet junto con anunciar
el reinicio de la discusión acerca de la
despenalización del aborto. Manifestó que el gobierno se comprometía con recursos para el apoyo a la primera infancia;
salas cunas que se construirán para 90.000 niños de entre 0 y 2 años de manera
de acortar la brecha educacional.
Esto no hace sino establecer la profunda desigualdad que
existe entre un niño, que habita en el
vientre y otro que ya está en brazos de su madre, entre dos niños en etapa
fetal, uno gravemente enfermo y uno sano, entre 2 vidas
en etapa fetal, una concebida por la voluntad de sus progenitores y otro
concebido en una violación.
Una ley que despenalice el aborto elimina a través de la
muerte a aquel que está en desventaja de acuerdo a lo que la propia ley defina
como tal. Esto es a todo ámbito inmoral y en consecuencia es inaceptable. El Asesinato de bebes no
puede ser disfrazado con ropas de libertad e igualdad, pues en la práctica esto
no es así. El aborto en la agenda de un Gobierno Democrático elegido por una
sociedad mayoritariamente cristiana es un horror. El papel de gobierno respecto de lo que es la
justicia es buscar el castigo de los que no han respetado la ley. No debiera
ser que aquellos que se encuentran indefensos y vulnerables sean castigados con
la máxima violencia posible. No olvidemos que el aborto es masacrar a bebes
inocentes.
¿Qué sucede hoy con aquellos niños que son inviables y
no se abortan?.
Podemos exponer
estadísticas, pero en palabras sencillas esto es lo que sucede. Algunos
mueren en el vientre de sus madres, lo que genera un dolor infinito en ellas y
sus familias, a continuación deben, la
mayoría de las veces, pasar por la etapa de trabajo de parto y parto, hasta que
nacen, muertos, y una vez nacidos, son entregados a sus madres, que
generalmente están acompañadas. Son abrazados, llorados, sentidos, conocidos, a
pesar de todas sus deformaciones, para finalmente ser en su mayoría despedidos,
sepultados y recordados con flores. También nacen vivos, y aunque los
diagnósticos prenatales son absolutamente adversos, muchos de ellos luchan por
vivir, algunos diagnósticos se corroboran, otros, no eran correctos. Equipos de
neonatología luchan las 24 horas del día por la sobrevida de estos niños, hasta
que finalmente estos niños inviables en
etapa fetal, sobreviven, se recuperan y probablemente con un largo camino por recorrer, son entregados al
cuidado de sus padres que estuvieron cada día junto a ellos. También fallecen,
a pesar de todos los esfuerzos médicos, del amor de sus padres, y de la lucha
que dieron. Son vestidos y entregados a sus padres, permanecen junto a ellos en
salitas de duelo que permiten el inicio de esta etapa con cierta privacidad,
son velados, enterrados y recordados con flores.
Es todo lo que hacemos hoy en Chile con aquellos niños
clasificados como inviables, puede ser mucho o podría ser más, pero es Digno,
es Respetuoso, es Igualitario,
¿Queremos cambiar esto, por una muerte violenta,
cruenta, en la que desaparece de la memoria de todos este niño inviable?, debemos recordar que los restos de un aborto
no son sepultados.
CHILE TIENE UNA DE LAS TASAS DE MORTALIDAD MATERNA MÁS
BAJA DE LATINOAMERICA. En nuestro país las mujeres no mueren porque cursando un
embarazo que presenta riesgo para la
vida de la madre, se niegue atención médica. Esto no pasa en nuestro país,
frente a grave riesgo materno siempre se interrumpe el embarazo, y NO, NO HAY
MÉDICOS PRESOS POR ESTA CAUSA.
Diariamente somos testigos de noticias acerca de abuso
sexual, y a veces logramos dimensionar un poco del drama que vive quien ha pasado
por este trauma. Un embarazo en estas circunstancias siempre será difícil, aún
así no podemos eliminar la vida de un
ser humano por cómo fue concebido. No hay diferencias en el desarrollo, no es
más o menos valioso en si mismo, sigue siendo un niño que habita el vientre
materno, aún si fue concebido en una violación.
Si sólo pensamos en el valor, el dolor y la dignidad de
quien es realmente protagonista en esta nueva idea de legislar, asumiremos una
postura correcta. Hasta ahora a nadie le interesa pensar o conocer las formas en que estos niños serán abortados,
todo se trata de los que estamos fuera del útero y podemos abogar por nuestros derechos.
Quizás nuestro código civil diga que el feto no es
sujeto de derecho, que no tiene una existencia legal, pero nuestra Constitución
aún en su artículo 19, N° 1 consagra la
protección de la vida del que está por nacer, ésta ha sido sin lugar a dudas, nuestro garante
para proteger a nuestros niños.
Detrás de esta carta hay cientos y miles de personas que
no estamos dispuesta a vivir bajo la hipocresía del respeto a los derechos
humanos asesinando bebes. No somos pseudos humanitarios que abogan por una fuerza
mortal de violencia desatada contra bebes que hacen que cualquier tipo de
holocausto luzca leve en comparación al aborto y sus consecuencias.
Decimos No al Aborto, porque Chile, es un país que entrega dignidad e igualdad a aquellos que
residen en el vientre materno.
Carolina Antimán Echeverría Iván Felipe Ruiz
Pastora Iglesia Evangélica Vida Pastor Iglesia Evangélica Vida
Matrona Administrador Público
Cientista Político
Magister(e) Política y Gestión
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