El movimiento feminista ha
reformulado, en un trabajo silencioso y constante de años, el concepto de
maternidad.
Las mujeres como muchas de ellas
lo mencionan, han luchado por obtener derechos, que hoy no están
dispuestas a renunciar. Entre ellos el Derecho Humano del Aborto.
Uno de los momentos que me ha parecido más
impresionante en esta lucha, ha sido aquel en que comenzaron a llamar Derecho
Humano, al Aborto.
Tuve la bendición de estudiar
algunos años la carrera de Derecho, y en ella aprendí, en el ramo de Derecho
Constitucional, que un derecho humano, era un derecho inalienable, esencial,
anterior a toda norma escrita, parte de nuestra esencia y dignidad humana. Por
eso sé, que el aborto No es, ni nunca será un Derecho humano[1].
Nuestra esencia y naturaleza, lo
aceptemos o no, está preparada para la maternidad, es nuestro diseño, está
contenido en nuestros genes. Miles de mujeres podrán hacer una marcha
multitudinaria en protesta por está imposición patriarcal de la maternidad, al
mismo tiempo que la coordinación perfecta entre sus hipotálamos, hipófisis,
ovarios y úteros, las prepararán mes a mes para ser Madres.
Nuestra esencia nos dirige hacia
la vida, no hacia el aborto. El embarazo no es una imposición del patriarcado,
es parte de nuestra naturaleza, estamos preparadas para parir, diseñadas para
proteger la vida desde la concepción, eso no es un constructo social, está en
nuestros genes.
No existe un rol social asignado
a los cuidados de los hijos y a la crianza. Es un rol natural, nuestro diseño
físico, nos permite alimentar a nuestros Recién Nacidos, con el solo requisito
de alimentarnos, y aunque no quisiéramos alimentar a nuestros Recién Nacidos, igual
nuestras glándulas mamarias secretarían de manera abundante calostro y leche,
sin siquiera preguntarnos.
La Maternidad será deseada o no
será, no es real. Ofrece un escenario ficticio, pues no es el sinónimo de la
responsabilidad real de elegir en que momento ser Madres, respetando nuestros
ciclos, dignificando nuestros úteros, y ovarios. Maternidad deseada es a costo
de implantes dérmicos con enormes dosis hormonales, tratamientos hormonales
diarios, que intentan suprimir la ovulación y la libertad de nuestras hormonas,
dispositivos que irritan y buscar reprimir el crecimiento de nuestros endometrios,
preservativos que impiden el contacto físico directo, vinculado absolutamente
con el placer. ¡Reivindicación Femenina!!,
mentiras, pamplinas, yo lo llamaría esclavitud voluntaria, represión hormonal
tristemente voluntaria.
Eso no es Maternidad voluntaria, no
media la voluntad cuando obligamos a nuestros cuerpos a esto. Es decisión de
cada una, por supuesto, pero no es Maternidad Voluntaria.
La Maternidad Voluntaria será
deseada o no será, es la consigna que vemos en la lucha por el aborto.
Hay instancias en las que media el
deseo, y por definición es antes de la obtención de la cosa deseada.
El deseo de obtener por ejemplo
un cachorro. Deseo un cachorro, y quizás lo compraré o lo iré a buscar a un
refugio de animales o lo aceptaré como un regalo. Entonces mi deseo de tener un
cachorro concluye. El deseo de tener un cachorro no existe estando el cachorro
conmigo, entonces luego que ya tengo el cachorro en mi casa y no lo quiero y lo
mato, o pido ayuda para matarlo, no llamo a este acto, una tenencia de cachorro
que no fue. ¡SI LO FUE!, lo que pasa es que no lo quise y lo maté.
En este contexto, en la
Maternidad será deseada o no será, no hay deseo de Maternidad que cumplir, pues
la maternidad ya se impuso en la vida, y lo que se desea en realidad es
terminar con esta vida que ya está presente.
Basta de eufemismos. El Aborto no
es una Maternidad que no fue, ni tampoco un Derecho humano.
Nadie muere por Amor, me dijo
algún día de mi juventud una sabía mujer.
A mis 46 años, lo que comparto
hoy es que no hay tal estancamiento en la vida por tener un hijo o dos o cinco
como yo. No hay tal empobrecimiento por llevar a cabo labores de crianza, no se
quiebra la vida cuando permites que tu naturaleza cuide de otro, no se opaca la
vida con el matrimonio, ni la sexualidad se marchita.
Nuestro cuerpo, cual sea nuestra
visión de la maternidad, está preparado para dar vida. Todas tenemos ovarios,
todas tenemos útero, todas tenemos glándulas mamarias. La distancia perfecta
para que nuestros hijos nos miren es aquella que se produce al amamantarlos. La
libido se eleva durante los periodos de ovulación. Es nuestra naturaleza.
Maravilloso sería que más mujeres
pudiésemos hablar no tanto de la falta de sueño, o de no poder ir tranquilas al
baño o de las estrías. Todas verdades absolutas. Quizás hablar más de lo agradable
que es estar embarazada en invierno porque no pasas frío, o que ese niño que no
te deja dormir, en los momentos de aflicción o tristeza, es el primero en darse
cuenta que algo pasa y que necesitas un abrazo o un beso. De lo extraordinario
que es verlos crecer y que de a poco inevitablemente te encuentras en ellos
cuando hablan o caminan.
Nuestra naturaleza obedece a un
diseño divino y perfecto. El Diseño del Creador.
Resulta entonces la maternidad
como una idea que nada tiene que ver con el menoscabo o el castigo, con la represión
o la desventaja. Hay más profundidad, más complejidad en esté diseño. Habiendo
podido Dios crear a cada ser humano por separado, la perpetuidad de la vida humana
fue anclada al diseño de la mujer y el hombre.
Y creó Dios al hombre a su
imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. Y
los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la
tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los
cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra.
Génesis capítulo 1,
versículo 27.
La Maternidad, es una Bendición,
la primera bendición que Dios entregó al ser humano.
[1]
Como sostenía Maritain, «se trata de establecer la existencia de derechos …(….).
inherentes al ser humano, anteriores y superiores a las legislaciones escritas
y a los acuerdos entre los gobiernos, derechos que no le incumbe a la comunidad
civil otorgar, sino el reconocer y sancionar como universalmente valederos, y
que ninguna consideración de utilidad social podría, ni siquiera
momentáneamente, abolir o autorizar su infracción»2.
NOGUEIRA ALCALA, Humberto. LOS DERECHOS ESENCIALES
O HUMANOS CONTENIDOS EN LOS TRATADOS INTERNACIONALES Y SU UBICACIÓN EN EL
ORDENAMIENTO JURÍDICO NACIONAL: DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA. Ius et
Praxis [online]. 2003, vol.9, n.1 [citado 2022-01-09],
pp.403-466. Disponible en: <http://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0718-00122003000100020&lng=es&nrm=iso>.
ISSN 0718-0012. http://dx.doi.org/10.4067/S0718-00122003000100020
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