Salmos 139, Preciosos Pensamientos , Carolina Antimán E
¿Estamos conscientes que hacemos una diferencia brutal entre el valor de la vida de un niño que está fuera del útero respecto de uno que está dentro de él?
¿Por qué hacemos esta diferencia?,
¿De dónde nace el realizar esta diferencia?
Es una pregunta que debemos
plantearnos, debemos hacer una pausa, para meditar, pues es al alero de esta
apreciación, que existe el aborto en el mundo, el respaldo ciudadano al aborto
y la ausencia de la sanción moral, social.
Pensar que el niño in útero es
diferente al niño nacido, nos permite legal y moralmente sostener que terminar
con la vida de un niño no nacido, es totalmente diferente a terminar con la
vida de un recién nacido, o un lactante. Usamos el termino asesinato, cuando hablamos de una muerte intencionada en
un niño, pero no de un feto o un embrión a los que se les ha quitado la vida.
Nos parece adecuado la existencia
de técnicas de fertilización in vitro, aunque exista una selección de embriones[1]
capaces y eliminación de los embriones defectuosos. Las sociedades científicas
celebran los avances de las técnicas de fecundación asistida a pesar de que las
tasas de éxito no alcanzan más allá del 40%, en condiciones controladas optimas[2].
El esfuerzo para llevar estás técnicas a los más altos estándares es evidente,
sin embargo la reflexión que nace si consideramos al no nacido persona, es que
más del 60 % de los embriones generados a partir de las técnicas de medicina
reproductiva, muere (sin contar los embriones que no alcanzaron el estándar
para ser seleccionados para ser transferidos a la madre y que fueron
eliminados).
La realidad es que esta
apreciación no solo está presente en nuestra conciencia, sino que también en el
ordenamiento jurídico de la mayor parte de los países.
El que no ha nacido, se considera
existente, pero sin que podamos actuar en defensa de sus derechos. Se reconoce
una existencia natural[3]
y no legal. No podríamos, por ejemplo, establecer una demanda por el derecho a
la vida del no nacido. Un Padre no puede solicitar que se suspenda un
procedimiento de aborto, de un niño que es su hijo, ni siquiera se le solicita
consentimiento para el procedimiento en que su hijo será abortado.
El código civil chileno es
sorprendente, y nos entrega una definición devastadora del no nacido que muere
durante la gestación; “ La existencia legal de toda persona, principia al
nacer, esto es, al separarse completamente de su madre. La criatura que
muere en el vientre materno, o que perece antes de estar completamente separada
de su madre, o que no haya sobrevivido a la separación un momento siquiera, se
reputará no haber existido jamás”[4]
Es el ser humano el que ha
planteado un quiebre, un punto aparte, en el ciclo de vida. Si bien, existe un
grupo de la sociedad que reconocemos que ese niño que está en el vientre está
vivo, que es un bebé, que es un hijo, etc. El que nuestros ordenamientos
jurídicos no reconozcan en ellos una persona con Derecho a la vida es
determinante en la existencia de las leyes de aborto. Así lo reflexiona el
profesor de Derecho, de la Universidad de Chile, Lucas Sierra, en su
interesante artículo, El nasciturus como persona: lectura incompleta, doctrina
distorsionada; “Fiel a la sensata tradición jurídica reseñada en estas páginas,
la Constitución no considera persona al nasciturus, a fin de que el legislador
tenga sobre su regulación una relativa mayor libertad. Esta relativa mayor
libertad es la única manera de dar cabida y consideración a un interés que es
ineludible en esta materia: el de la madre. Si el nasciturus es persona, el
interés materno contrapuesto a su vida sólo podrá tener una cabida mínima,
igual o menor a la cabida que tiene el interés de una persona nacida
contrapuesto a la vida de otra persona nacida. Si se asume en el contexto de un
embarazo que hay un conflicto entre los intereses de dos “personas”, no habría
espacio para la orden que la Constitución da al legislador de proteger la vida
del que está por nacer. La única alternativa para el legislador sería la
prohibición, tal como se prohíbe terminar con la vida de una persona nacida. En
este escenario el interés de la madre no tiene cabida”[5]
Existe una decisión, una
intención, una voluntad férrea en cada sentencia relativa al asunto del aborto, en que los jueces no
desean reconocer al ser humano en gestación
el Derecho a la Vida.
Esta realidad es a nivel mundial.
En un análisis de jurisprudencia de la Corte Europea de Derechos Humanos el
autor comenta; “Es una afirmación prácticamente no discutida que las
instituciones Europeas nunca han establecido con claridad cuál es el estatus del no nacido. Dicha
afirmación emana del hecho de que un análisis detallado de la jurisprudencia de
las instituciones europeas demuestra que aquellas siempre han evitado otorgar
una respuesta directa a la materia”[6]
Una madre, por ejemplo a la que se practicó por error un aborto en
su hijo de más de 20 semanas de gestación, alega ante la Corte Europea, y una
de las conclusiones de la corte fue;” el niño no nacido no es considerado una
“persona” directamente protegida por el artículo 2 de la Convención y que si el no nacido
efectivamente tuviera un derecho a la vida este está implícitamente limitado
por los derechos e intereses de la madre”[7].
El esfuerzo por mantener esta
situación jurídica es impresionante.
El hecho de residir el útero,
sustrae del ser humano su derecho a vivir, como si la dependencia de la Madre
fuese, la condición causante, para no atribuirle derecho a una persona. ¿Existe
alguna alternativa para el blastocisto, el embrión o el feto, más que la de
crecer el en útero?. No existe una opción, ¡ Allí crecen los seres humanos!
¿Es el feto totalmente dependiente
de su madre durante todo el embarazo?, así, es. Esto no cambia en ningún
momento de la gestación. Cualquier falla, en la perfecta estructura que
sostiene el embarazo, determinará una afectación menor o profunda del niño. La
dependencia que tiene entonces estando in útero, ¿es causante de su carencia de
status jurídico de existencia legal?
¿Es esto dependiente de la
voluntad de la Madre?, voluntad en el sentido cognitivo, de ninguna manera.
Pues habiendo ocurrido la fecundación, cual orquesta inicia la interpretación
de una obra de Vivaldi, paso a paso, se transcribirán las instrucciones del
gran dictado divino, y cada parte de esta preciosa vida simplemente se dará
forma sin faltar una de ellas.
¿Existe otra alternativa que de
paso a la vida?. No.
¿Es una imposición patriarcal la
que determina que un cuerpo femenino, se vuelque en torno a la protección de un
niño en gestación?, de ninguna forma. El cuerpo femenino se reorganizará, para
sumar una nueva tarea a las ya existentes; abrazar esta nueva vida y lo hará desde su cerebro, su hipotálamo, e hipófisis,
sus mamás, su corazón, sus pulmones, su hígado, su sangre, sus riñones, su
páncreas, su pelvis, sus ovarios, su
útero. Todas sus células entrarán en sintonía con este ser humano, que no ha
irrumpido en el cuerpo como un intruso, un impostor. Más bien esta nueva vida
es el resultado de la perfecta sincronía química y hormonal con la Madre.
Vemos entonces en nuestra
naturaleza, una contundente respuesta a la protección absoluta de esta
vida. No se trata de una protección
parcial como la jurídica, en que un ser humano por causa de residir en el útero
de la madre, no tiene derecho a la vida; como si para él existiera otra
alternativa.
¿Puede un ser humano, salir de la
nada a ser persona en sentido jurídico?, ¿No es el derecho a la vida un derecho
humano, esencial, absoluto, completo?
La vida de una mujer, no se sitúa
en un contexto de riesgo solo por el hecho de estar embarazada; porque el
embarazo no constituye en sí mismo una situación patológica, sino fisiológica.
En el mundo del derecho, sólo
situaciones que se encuentran en un contexto sancionable, punible, pueden
determinar, la privación o restricción de alguno de los derechos. En el caso
del embarazo, una situación propia de la naturaleza humana, una etapa en el
ciclo vital, una condición biológica, determina la privación o la negación de
un derecho fundamental.
El tiempo de la gestación es
entonces, sancionado desde el punto de vista jurídico.
¿Cual es el fundamento que
sostiene la idea por ejemplo de los derechos eventuales del nasciturus?[8].
La legislación establece la consideración de un niño en gestación como
heredero, pero esta solo se materializa si el niño nace. Si se produce la
muerte en gestación, se considera como que nunca existió. ¿Es la posibilidad de
que un niño fallezca en el útero, el sustrato para suspender sus derechos hasta
nacer?, ¿Constituye acaso la posibilidad de morir, que es real también a partir
del nacimiento y a lo largo de toda la vida, una excusa para no otorgar
derechos a un niño en gestación? ¿Acaso somos inmortales desde el
nacimiento?
¿Cuál es la idea que sustenta, que
sostiene la postura de no entregar derecho a la vida a un niño no nacido?. En
realidad no se trata tanto de lo que
podría hacerse, sino más bien de todos
los actos que estarían limitados y el principal de ellos es el aborto.
Si un ordenamiento jurídico
establece el derecho a la vida del no nacido, desde la fecundación. La vida
familiar en torno a un embarazo se homologaría a la vida familiar con un recién
nacido. Es decir, cualquier situación que pusiera en riesgo la vida de este
niño no nacido, se enfrentaría con el mayor esfuerzo, para salvarlo.
Si el no nacido tuviese derecho a
la vida, el Padre podría alegar su protección en el caso de que la Madre
quisiera abortar. Cualquier persona podría alegar su protección, como lo vemos
en el caso de aquellos niños cuyos derechos son vulnerados.
La cantidad innumerable de
embriones descartados en los procedimientos de fecundación asistida no
existiría.
Cada embrión congelado, debería
ser tratado con la dignidad con la que se trata un niño, es decir, se debería
procurar su transferencia a una madre, la propia o adoptiva, para en el mejor
de los escenarios, desarrollarse hasta nacer.
Así como la idea de causar la
muerte de un niño porque está enfermo, porque su madre está enferma o porque su
madre fue violentada sexualmente, no cabe en nuestras cabezas. Si existiera el
derecho a la vida del no nacido, tampoco pensaríamos siquiera que terminar con
la vida de un no nacido es una posibilidad.
Mientras las más altas áreas del
desarrollo intelectual (medición realizada por ellos mismos) realizan esta
diferencia en la protección del ser humano que reside en el vientre, lo que
vemos en las escrituras es distante como de un extremo a otro de la tierra.
Los preciosos pensamientos de
Dios….
El Salmo 139 se titula Omnipresencia y Omnisciencia de
Dios. Ambos atributos de Dios, que tienen una dimensión bastante compleja de
entender en nuestro limitado cerebro. No es cuanto conocemos nosotros, sino
cuanto conoce Dios.
Al leer este salmo, estamos
tratando de comprender la inconmensurable excelencia del conocimiento de Dios.
Vemos entonces a nuestro Dios
excelso, que conoce al ser humano.
¿Cuánto lo conoce?; todo,
completo, en todos los tiempos, las acciones, los lugares, las profundidades,
los destinos, los pensamientos, los tiempos. Absolutamente todo lo que respecta
a cada uno, es conocido por Dios.
¿Algo fuera del alcance del
conocimiento de Dios?, nada, absolutamente nada.
Dios no conoce como nosotros
conocemos. Nuestras capacidades cognitivas están relacionadas con las capacidades de nuestro cerebro, por tanto
estamos limitados, y es aún mucho lo que ignoramos acerca de la vida. Nuestro
razonamiento, que voluntariamente hemos restringido al alcance humano, dejando
fuera a Dios (negando su existencia) nos ha conducido a conclusiones acerca de
la vida, que hacen evidente nuestra ignorancia.
El Salmo 139, trata de Dios
conociendo al hombre. El Salmo 139, describe que Dios conoce absolutamente al
ser humano y en toda la extensión de su
vida, desde que está en el vientre de su madre. No hay una separación, o un
punto aparte, o una diferenciación establecida. La línea es continua, y Dios
conoce a David desde que es un embrión incipiente.
El Salmo 139 no
debe ser leído sólo desde los versículos que hablan de la vida intrauterina,
como si este fuese un ítem aparte. Como lo que hace la ciencia, la filosofía,
el derecho y aún algunos teólogos, que fragmentan la vida humana, asignando
derechos y valores de manera arbitraria, de acuerdo a la ubicación temporal de
la vida, fuera o dentro del útero.
El Salmo 139
habla no del hombre sino de Dios, y del profundo conocimiento de cada vida
humana. Habla de cuanto Dios conoce al ser humano en todas y cada una de las
actividades que hace, en los pensamientos que idea, en las intenciones de su
lenguaje, en las distancias que alcance, en la imposibilidad que tiene el
hombre de salir del alcance de Dios.
Y entonces,
¿Cuando inicia este profundo conocimiento?, en el momento del parto ?, y ¿desde
qué instante en preciso?, ¿al cortar el cordón umbilical?. Ni lo uno, ni lo
otro.
El Salmo 139
plantea un continuo de la vida, y un vínculo permanente del ser humano con
Dios, reconociéndolo como el autor de la vida, y un observador permanente del
desarrollo de la vida humana, desde el vientre de su madre.
¿Desde cuándo
estamos en el vientre, sino desde nuestra fecundación?
Cuando aún no han
sido formados ninguna de las partes de nuestro cuerpo, pero que luego, siendo
entretejidos en lo profundo del endometrio, comenzarían a desarrollarse.
El Salmo 139,
debe ser leído completo. Dios conoce al ser humano, en todos los ámbitos de
vida, desde su primeras etapas, seguidas a la fecundación.
No existe
entonces tal división antojadiza, la vida se despliega ante sus ojos,
desde la fecundación.
Respecto del término, embrión; el
comentario bíblico de John Gill dice “La palabra para
"sustancia" significa un fondo de hilo enrollado, o cualquier masa
áspera o informe; y diseña esa masa conglomerada de materia separada en el
útero, que contiene todos los elementos esenciales de la estructura humana,
pero aún no distinguidos o reducidos en alguna forma u orden; sin embargo,
incluso cuando está en este estado, los ojos del Señor lo ven y todas sus
partes distintamente[9]”;
David es conocido por Dios desde los estadios más precoces del desarrollo de la
vida humana. Su cuerpo no tenía forma siquiera y era observado por Dios.
Estamos hablando de horas post fecundación, días.
Nuestros embriones son observados
por Dios, ¿por qué?
¿Qué valor reside en la vida de un
embrión, que merece ser observado por el creador?
¿Qué necesidad tiene un embrión de
Dios?
¿Qué beneficios experimenta un
embrión al tener la cercanía de Dios?
Respecto de la omnisciencia de
Dios, el salmista realiza esta afirmación totalmente pertinente, que da respuesta
a esta y tantas otras preguntas,“ Tal
conocimiento es demasiado maravilloso para mí; Alto es, no lo puedo
comprender”.
¿Cuánto
ignoramos acerca del real valor de la vida humana?
¿Cuan
valiosa es la vida humana, embrionaria, desechada por nuestras medidas de
regulación de embarazo, aquellos embriones de días, muertos en presencia de un
dispositivo en el útero, o un endometrio deficiente por el efecto de hormonas?
¿Cuan
valiosa es la vida humana desechada en las técnicas reproductivas, en busca del
embrión perfecto que ni siquiera son contabilizadas?,
¿Cuan
valiosa es la vida humana de aquellos miles de embriones congelados?
Debemos
tomar las escrituras para realizar un claro esfuerzo por comprenderlas,
comenzando en este punto; el conocimiento de Dios es tan alto, que no lo
podemos comprender. Ello nos permitirá con esencial humildad, aprender y
abrazar el pensamiento de Dios.
Oh
Jehová, tú me has examinado y conocido.
Tú
has conocido mi sentarme y mi levantarme;
Has
entendido desde lejos mis pensamientos.
Has
escudriñado mi andar y mi reposo,
Y
todos mis caminos te son conocidos.
Pues
aún no está la palabra en mi lengua,
Y he
aquí, oh Jehová, tú la sabes toda
Detrás
y delante me rodeaste,
Y
sobre mí pusiste tu mano.
Tal
conocimiento es demasiado maravilloso para mí;
Ato
es, no lo puedo comprender.
¿A
dónde me iré de tu Espíritu?
¿Y a
dónde huiré de tu presencia?
Si
subiere a los cielos, allí estás tú;
Y si
en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tú estás.
Si
tomare las alas del alba
Y
habitare en el extremo del mar,
Aun
allí me guiará tu mano,
Y me
asirá tu diestra.
Si
dijere: Ciertamente las tinieblas me encubrirán;
Aun
la noche resplandecerá alrededor de mí.
Aun
las tinieblas no encubren de ti,
Y la
noche resplandece como el día;
Lo
mismo te son las tinieblas que la luz.
En
esta primera parte de este Salmo, vemos que Dios ser refiere al hombre joven o
adulto. Dios conoce todo, las actividades humanas, los caminos que ha recorrido
el ser humano, y desde lejos, aún sus pensamientos.
Si
de la vida intrauterina nada tuviese que decirse, este Salmo llegaría hasta
aquí en lo concerniente al conocimiento del hombre. Sin embargo de la misma
forma y en el mismo Salmo, en el que se describe cuanto Dios conoce al hombre,
es que también se describe cuanto lo conoce desde el vientre.
¿Habías
reparado en ello?, No es que el Salmo que habla que Dios conoce a David desde
que es un embrión, esté en un contexto de menor valor o que nos conduzca a
realizar una diferenciación, entre vida intrauterina y extrauterina.
Dios
conoce al hombre y punto. ¿Desde cuando?, desde la fecundación y hasta el final
de sus días, sean estos muchos, sean pocos, sean dentro del útero o fuera de
Él.
Debemos
leer el Salmo 139 completo, tal como ha sido escrito.
Oh Jehová, tú
me has examinado y conocido.
Tú has conocido
mi sentarme y mi levantarme;
Has entendido
desde lejos mis pensamientos.
Has escudriñado
mi andar y mi reposo,
Y todos mis
caminos te son conocidos.
Pues aún no
está la palabra en mi lengua,
Y he aquí, oh
Jehová, tú la sabes toda
Detrás y
delante me rodeaste,
Y sobre mí
pusiste tu mano.
Tal conocimiento es demasiado maravilloso para mí;
Alto es, no lo puedo comprender.
¿A dónde me iré
de tu Espíritu?
¿Y a dónde
huiré de tu presencia?
Si subiere a
los cielos, allí estás tú;
Y si en el Seol
hiciere mi estrado, he aquí, allí tú estás.
Si tomare las
alas del alba
Y habitare en
el extremo del mar,
Aun allí me
guiará tu mano,
Y me asirá tu
diestra.
Si dijere:
Ciertamente las tinieblas me encubrirán;
Aun la noche
resplandecerá alrededor de mí.
Aun las
tinieblas no encubren de ti,
Y la noche
resplandece como el día;
Lo mismo te son
las tinieblas que la luz
Porque tú formaste mis entrañas;
Tú me hiciste en el vientre de mi madre.
Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus
obras;
Estoy maravillado,
Y mi alma lo sabe muy bien.
No fue encubierto de ti mi cuerpo,
Bien que en oculto fui formado,
Y entretejido en lo más profundo de la tierra.
Mi embrión vieron tus ojos,
Y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas
Que fueron luego formadas,
Sin faltar una de ellas.
¡Cuán preciosos me son, oh Dios, tus pensamientos!
¡Cuán grande es la suma de ellos!
Si los enumero, se multiplican más que la arena;
Despierto, y aún estoy contigo.
De cierto, oh Dios, harás morir al impío;
Apartaos, pues, de mí, hombres sanguinarios.
Porque blasfemias dicen ellos contra ti;
Tus enemigos toman en vano tu nombre.
¿No odio, oh Jehová, a los que te aborrecen,
Y me enardezco contra tus enemigos?
Los aborrezco por completo;
Los tengo por enemigos.
Examíname, oh Dios, y
conoce mi corazón;
Pruébame y conoce mis
pensamientos;
Y ve si hay en mí camino
de perversidad,
Y guíame en el camino
eterno.
No hay tal separación para Dios
entre antes de nacer, como para nuestras podridas sociedades. Dios conoce al
hombre, completo, integro, aun desde antes de su fecundación. La gestación es
una instancia que transcurre en un espacio al que el ojo humano no puede
acceder naturalmente. Para nosotros, es encubierto el cuerpo de un niño en
gestación. Todo lo que sucede en el útero mientras un ser humano está en
crecimiento lo hemos podido estudiar, por eso lo conocemos, pero naturalmente,
sólo tendríamos acceso a la carita de nuestros hijos al nacer. En cambio, la
gestación para Dios está al descubierto, los embriones para Dios están a la
vista. El crecimiento de cada una de sus partes es observado cuidadosamente por
Dios. Y es un conocimiento personal, individual, aparte del conocimiento que
Dios pueda tener de su madre.
Este es un punto totalmente
relevante. Dios nos conoce desde el vientre, a nosotros personas individuales,
únicos e irrepetibles.
El
salmista realiza una declaración clave “Tal
conocimiento es demasiado maravilloso para mí; Alto es, no lo puedo
comprender”. Spurgeon reflexiona ““No puedo comprenderlo. Apenas puedo soportar
pensar en eso. El tema me abruma. Estoy asombrado y maravillado por eso. Tal
conocimiento no solo supera mi comprensión, sino incluso mi imaginación”[10].
Abrumados por su omnisciencia, es que debemos
abrazar sus pensamientos. Porque son altos, conocen de manera más excelente, de
lo que pudiésemos algún día llegar a comprender.
Examíname, oh Dios, y conoce mi
corazón;
Pruébame y conoce mis
pensamientos;
Y ve si hay en mí camino de
perversidad,
Y guíame en el camino eterno
Salmo 139: 23-24
Todo acto realizado para terminar
con la vida de un niño in útero, también se encuentra expuesto a los ojos de
Dios, “No fue encubierto de ti mi cuerpo”
Las sociedades, los ordenamientos
jurídicos, las corrientes filosóficas han instaurado una barrera ficticia, para
desproveer de derechos al niño no nacido. La línea es ficticia, pues la vida
del ser humano no es posible sin esta etapa previa al nacimiento.
Saber esto debería aterrarnos,
pues Dios ha sido testigo de esta masacre que se extiende a nivel mundial y que
cobra miles de vidas humanas cada día. Dios inicia su vínculo con el hombre
desde esta etapa embrionaria. Él observa la tierra y vé al descubierto a cada
niño que está creciendo in útero. La tierra se ve diferente mirada desde el
cielo.
Cada equipo
médico que observa la muerte de los abortos que han realizado, tiene esas
muertes en su retina. Dios las observa todas.
Y es así como el
auxilio y el consuelo de Dios acompaña al ser humano en su travesía
sobre la tierra, debemos reconocer por cierto, que cada niño abortado, es
acompañado y recibe el consuelo de Dios, y este evento traumático, que lleva
su dolor al límite, no es experimentado por el embrión o feto en la soledad que
se presume, entre el instrumental y su pequeño cuerpo, sino en
compañía del Dios altísimo, que consuela, al débil y al sufriente.
[1]https://www.elsevier.es/es-revista-clinica-e-investigacion-ginecologia-obstetricia-7-articulo-seleccion-embriones-tratamientos-fecundacion-in-S0210573X2100068X
[2] Fernando Zegers-Hochschild, Javier A Crosby, Carolina Musri, María do Carmo Borges de Souza, A Gustavo Martínez, Adelino Amaral Silva, José María Mojarra, Diego Masoli, Natalia Posada, Celebrating 30 years of ART in Latin America; and the 2018 report, Reproductive BioMedicine Online,
Volume
43, Issue 3, 2021, Pages 475-490, ISSN 1472-6483, https://doi.org/10.1016/j.rbmo.2021.05.019. (https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S1472648321002789)
[3] Se distingue entre existencia natural y existencia legal de la
persona. La primera alude a la criatura de la especie humana concebida y no
nacida, la cual es protegida por el Derecho. El artículo 19 Nº 1 de la
Constitución dispone que “La ley protege la vida del que está por nacer.”.
Ejemplo de lo anterior son los artículos 75 inciso primero y 77 del Código
Civil. La existencia legal de la persona natural comienza al nacer y termina
con la muerte (artículo 78 del Código Civil), entendida como la cesación de las
funciones naturales del individuo. https://www.bcn.cl/formacioncivica/detalle_guia?h=10221.3/45661
[7] Análisis crítico de la jurisprudencia de la
Corte Europea de Derechos Humanos sobre el estatus del no nacido en la
Convención Europea de Derechos Humanos.https://derecho.udd.cl/investigacion/files/2010/05/Jurisprudencia-de-Corte-Europea-acerca-del-no-nacido.-J.M.-D%C3%8DAZ-DE-VALD%C3%89S.pdf, visitado 30/12/2024
[8] Código Civil, Título II, Del principio y fin de la existencia de las
personas, Art. 77. Los derechos que se deferirían a la criatura que está en el
vientre materno, si hubiese nacido y viviese, estarán suspensos hasta que el
nacimiento se efectúe. Y si el nacimiento constituye un principio de
existencia, entrará el recién nacido en el goce de dichos derechos, como si
hubiese existido al tiempo en que se defirieron. En el caso del artículo 74,
inciso 2º, pasarán estos derechos a otras personas, como si la criatura no
hubiese jamás existido. https://www.bcn.cl/leychile/navegar?idNorma=172986&idVersion=2024-06-14&idParte=8717873
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