¿Donde está
mi Hijo?
Carolina Antimán Echeverría
Para
introducir el tema de este artículo les invito a ver un video que relata de algún modo el sentido
de esta pregunta. Es un video de un grupo en Chile, llamado Proyecto Esperanza
que realiza acompañamiento a Padres que
experimentan la pérdida de un Hijo especialmente, a través de un Aborto
provocado (https://www.youtube.com/watch?v=934TJ8C_dSQ ).
El
video grafica la angustia y el sufrimiento de una Madre, por su hijo abortado.
Ella solo encuentra paz cuando esboza en
un dibujo el rostro de este, su dolor entonces tiene identidad y ella puede
descansar.
¿Por
qué esta pregunta?
Esta
interrogante es necesaria, y
responderla nos llevará a comprender que
aún en el escenario actual, en el que una gran cantidad de Chilenos apoya la idea de legislar acerca del aborto, y aunque en el mundo existe una
concepción que legitima esta barbarie,
Dios desde siempre ha provisto su Misericordia y Amor con el más débil.
Desde
hace mucho, probablemente casi 3500 años,
la Biblia describe que aquellos que pretendieron ser escondidos, a
través del Aborto, encontrarían el
descanso, la protección y el reposo eterno en Dios.
Es
bueno comprender este punto de vista del
Aborto, y preguntarnos; ¿Dónde están?
Será
útil comprender que cada niño abortado,
sólo ha sido OCULTADO, ESCONDIDO.
Será
útil para todos aquellos que como decía en una de sus predicaciones el Pastor Edito
Espinoza, apoyan esta iniciativa y por tanto también sostendrán la mano del
médico que practique el aborto.
Será
necesario para aquel Pastor que reciba a
estos Padres llenos de culpa y dolor por haber abortado a sus Hijos.
Será,
sin duda, Sanador, para aquella Madre que sufre año tras año, la tristeza, la
angustia y el dolor de haber terminado con la vida de su Hijo. Sanador, porque
ellos, los niños abortados, están en
brazos del Señor, y es con Él, que encontrarán la libertad del Perdón.
Finalmente
será en Cristo, que aquellos que han participado directa o indirectamente de un
aborto, encontraran Paz.
Hoy,
en nuestro país se discute una ley para despenalizar el aborto. Sabemos que se
trata de un proyecto que pretende más de lo que dicen los discursos y las frases
populistas que apelan a los derechos humanos (http://tiempodevida.blogspot.com/2015/02/el-proyecto-de-aborto-de-la-presidenta.html ).
Para
la mayoría de los partidarios del aborto, lo que se eliminaría no sería más que
un montón de células o tejido, sin identidad, sin ningún derecho. Generalmente
la discusión se centra en la
materialidad del asunto, buscando disponer de las células, el embrión o el feto,
sano o enfermo. La discusión entonces se ajustará a temas como quienes podrán, o quienes lo harán, con qué
justificación, con que financiamiento, con qué técnica, etc.
Nadie
discutirá de la disposición y el trato digno que se debe dar a un ser humano
cuando fallece, porque en estos términos “No se tratará de un ser Humano”, recordemos
que la lucha de los grupos pro aborto,
se reduce sólo a los derechos de la mujer.
¿Qué
sucederá con los restos de los niños?, lamentablemente desde un punto de vista
de una Muerte Digna, no tendrá mayor relevancia.
¿Qué tan grave puede ser abortar?, ¿las personas que son partidarias de la
despenalización del aborto entienden el real valor de la criatura a la que se
está eliminando?, ¿Por qué si abortar es
bueno hay mujeres y hombres que pasarán toda su vida, lamentando haber dado
este paso?
He
observado que en la reflexión del aborto siempre se pretende quitar todo sesgo
religioso, aparentemente no sería objetivo, ni serio, y probablemente poco
relevante incluir a Dios, quizás sea visto como menos intelectual. Sin embargo
considero que es imposible aislar esta reflexión al mero razonamiento humano.
Hay
una meditación necesaria, más bien imprescindible, debemos ser humildes y preguntarnos que puede Dios pensar acerca de lo que en
nuestro mundo se hace con los niños en etapa pre natal. Digo ser humildes, de
forma que podamos entender que es
imposible sacar a Dios y fundamentar nuestra postura frente al aborto solo en
argumentos humanos. He visto una necesidad en
aquellos que defienden la vida, de plantear el tema fuera del asunto
religioso, pues la mayoría de los partidarios del aborto, como no creen en
Dios, la consideran una discusión no válida.
Es necesaria está reflexión, pues es razonable escuchar
al Creador, intentar comprender al que determinó que cada vida que se iniciaré
en este mundo, emprendiera este viaje, a partir de la vida conyugal, y que cada
ser humano ocuparé como primer Hogar, el vientre de una mujer.
Nuestros pensamientos, respecto de los de Dios son
distantes, bajos, limitados, pobres. Afirmar nuestras posturas exclusivamente
en nuestro razonamiento es sin duda, peligroso.
Mientras
seguimos discutiendo acerca del valor de la vida de un ser humano en estado de Cigoto
o de adulto, hace unos cuantos miles de años,
la Biblia, que es la palabra de Dios, la revelación de la voluntad de
Dios al hombre, mostraba una claridad absoluta al respecto, y deseo compartirla en este texto.
Para
ello, tomaremos dos libros de la Biblia, que se encuentran en el Antiguo
Testamento; Job[1] y
Eclesiastés. Ambos se presumen de la autoría del Rey Sabio, Salomón.
En
ambos libros, encontramos profundas reflexiones acerca del niño abortado,
probablemente remecerán nuestro entendimiento, nuestra visión respecto del
aborto y obvia e idealmente nuestra postura acerca del tema.
A
pesar de que soy Matrona y desde el punto de vista científico puedo manejar un
poco de más de conocimientos, también curse
2 años de Derecho por lo que puedo entender un poco más el tema desde el punto
de vista legal, he visto por años que ni una ni otra argumentación son capaces
de convencer a las personas y generar un cambio de conducta o de opinión
respecto del valor de la vida.
En
mi modesta reflexión todo se inicia y
termina acá:
La ley de Jehová
es perfecta, que convierte el alma;
Salmo 19:7
Estoy convencida, de que comprender a partir de la Palabra
de Dios el tema del aborto, es
absolutamente necesario y absolutamente
efectivo. Dimensionar el real alcance de un aborto desde el prisma de Dios, es simplemente estremecedor.
Primero
la reflexión la centraremos en el libro de Job. El libro de Job es el libro más
antiguo de la Biblia, probablemente los
hechos que relata ocurrieron entre los años 1800 a 1500 a.C, y los manuscritos son de aproximadamente
1450 a 930 a. Es necesario destacar que
todo lo que Job conoce de Dios es a partir de una estrecha comunión con Dios, Job no es Judío, no tiene la Torá, no conoce tradiciones
Judías ni va al Templo.
Que
mejor para conocer a Job, que escuchar la opinión que Dios mismo tenía de él:
¿No has
considerado a mi siervo Job, que no hay otro como él en la tierra, varón
perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal? [2]
Job
sabe que Dios ha cuidado de Él, y efectivamente de esta forma había sido, los
ojos de Dios observaban continuamente a Job
Job era un Hombre Bueno, rico, prospero, que Amaba y
servía a Dios, pero que en asunto de días, perdió su riqueza, murieron todos
sus hijos y fue tocado con una enfermedad mortal.
En este estado de ruina que sucedió a Job, su pesar fue tal que comenzó a desear la muerte, ansiando que
Dios no hubiese permitido su existencia, y es en este punto, a través de este lamento,
que vemos a Job exponiendo su conocimiento del cuidado que Dios había tenido de
su vida, no desde que nació sino desde la concepción
.
Job
Capítulo 3, versículo 1 al 19.
Después de esto
abrió Job su boca, y maldijo su día. Y exclamó Job, y dijo: Perezca el día en que yo nací, Y la noche en que se dijo: Varón es
concebido. Sea aquel día sombrío,
Y no cuide de él Dios desde arriba, Ni claridad sobre él resplandezca. Aféenlo tinieblas y sombra de
muerte; Repose sobre él nublado Que lo haga horrible como día caliginoso. Ocupe
aquella noche la oscuridad; No sea
contada entre los días del año, Ni venga en el número de los meses. ¡Oh, que
fuera aquella noche solitaria, Que no viniera canción alguna en ella! Maldíganla
los que maldicen el día, Los que se aprestan para despertar a Leviatán. Oscurézcanse
las estrellas de su alba; Espere la luz, y no venga, Ni vea los párpados de la
mañana; Por cuanto no cerró las puertas del vientre donde yo estaba, Ni
escondió de mis ojos la miseria. ¿Por
qué no morí yo en la matriz, O expiré al salir del vientre? ¿Por qué me
recibieron las rodillas? ¿Y a qué los pechos para que mamase? Pues ahora estaría yo muerto, y reposaría; Dormiría, y entonces tendría descanso, Con
los reyes y con los consejeros de la tierra, Que reedifican para sí ruinas; O
con los príncipes que poseían el oro, Que llenaban de plata sus casas. ¿Por qué
no fui escondido como abortivo, Como los pequeñitos que nunca vieron la luz? Allí
los impíos dejan de perturbar, Y allí descansan los de agotadas fuerzas. Allí
también reposan los cautivos; No oyen la voz del capataz. Allí están el chico y el grande, Y el
siervo libre de su señor.
La Tristeza y el dolor de Job eran de tal
magnitud que deseaba nunca haber existido. Job se lamenta del trayecto de su
vida, su lamento parte desde la noche en que es concebido y es a través, de
este lloro que vemos a Job identificar al único responsable de haber preservado
su vida en cada etapa, concepción, embarazo, nacimiento, lactante, etc.; Dios.
Les
invito entonces a reflexionar acerca del texto:
Los Cuidados de Dios:
1 Del Día en que nació:
Versículos 2 al 5.
Y exclamó Job, y dijo: Perezca el día en que yo
nací, Y la noche en que se dijo:
Varón es concebido. Sea aquel día sombrío, Y no cuide de él Dios
desde arriba, Ni claridad sobre él resplandezca. Aféenlo tinieblas y sombra de muerte; Repose
sobre él nublado Que lo haga horrible como día caliginoso.
Job entiende que hasta en el día de su nacimiento, los
ojos de Dios estaban sobre él, y que
todas las circunstancias humanas que rodearon su vida desde la concepción,
habían sido resguardadas por Dios.
2 De la Noche en que fue
concebido: Versículo 3.
Job reconoce que su concepción es un evento observado por
Dios. Este es realmente un punto
extraordinario “La noche en que se dijo varón es concebido”.
El periodo desde la concepción, es decir desde que se
produce la unión entre el espermatozoide y el óvulo, hasta la implantación, es un periodo conocido como “oscuro” para la
ciencia, nadie sabe que un embarazo se ha iniciado sino hasta la implantación, momento en que se comienza la secreción de HCG por parte del sicitiotrofoblasto,
esta hormona es medible en la sangre y la orina y es la primera señal de
embarazo.
¿Quién dijo
entonces varón es concebido?
Efectivamente es en la concepción en que se determina genéticamente
el sexo de cada ser humano.
Job se refiere a esta noche como una noche no solitaria
en donde hubo canción refiriéndose al deleite conyugal. ¿Quién pudo saber hace
3500 o 3800 años que allí fue concebido un varón, si aún hoy para conocer el
sexo del niño se espera la ecografía de después de la 16 semanas, los más
expertos, o un muestra de células del feto, el líquido amniótico o la placenta?
Job reconoce la Soberanía de Dios nuevamente.
De su parto: Versículos 10 al 12
Por cuanto no cerró las puertas del
vientre donde yo estaba, Ni escondió de mis ojos la miseria. ¿Por qué no morí
yo en la matriz, O expiré al salir del vientre? ¿Por qué me recibieron las rodillas? ¿Y a qué los pechos para
que mamase?
Job también
atribuye a Dios el haber permitido su parto, no cerrando el vientre donde
estaba. Cuando se refiere en el versículo 12 a las rodillas, nos permite
presumir que fue un parto en posición vertical,
o que esta era la forma de parir en esta época.
Job
lamenta vivir y plantea haber fallecido siendo feto y recién nacido, lamenta haber tenido el
sustento de la lactancia. Nunca esboza una diferencia entre cada una de estas etapas, como se hace hoy,
siempre se refiere a su persona tanto in útero como fuera de él. No vemos el concepto de persona en potencia como se hace hoy.
Job
entonces comienza a reflexionar acerca de dónde estaría si hubiese muerto en algunas
de estas etapas de su vida. Se refiere primero acerca de la muerte permitida por Dios y a continuación su reflexión es acerca de su destino si
hubiese sido abortado.
De haber muerto in útero o en el parto, Job
plantea un destino común para cada una de las etapas. Versículos 13 al 15.
Pues ahora estaría yo muerto, y
reposaría; Dormiría, y entonces tendría descanso, Con los reyes y con los
consejeros de la tierra, Que reedifican para sí ruinas; O con los príncipes que
poseían el oro, Que llenaban de plata sus casas
.
En estos versículos Job plantea que
tanto si hubiese muerto en el vientre o en su nacimiento, su destino hubiese estado en descansar y
reposar al igual que los reyes, los consejeros de la tierra, los príncipes. Job,
plantea una condición de igualdad, entre
un Feto, Un Recién Nacido, Un Lactante, un Rey, un Príncipe, un Consejero.
Como un niño abortado no tiene sepultura, y de sus restos se dispone como cualquier desecho orgánico, obviamente descartamos de nuestras mentes que pueda tener un destino una vez fallecido, es algo en lo que no pensamos.
Si embargo, mientras el Ser Humano se empeña en
establecer enormes diferencias entre el valor de la vida de un feto y la de una mujer, quitando
el derecho a la vida a uno, por el derecho a la libertad del segundo, resulta
que para Dios, el valor de la Vida es
uno, único y no tiene relación con la edad, ni el desarrollo intelectual, ni
las riquezas. Tanto un niño que muere in
útero, como un Rey lleno de riquezas, tiene descanso en DIOS.
En esta reflexión,
Job atribuye a la Voluntad de Dios su concepción, la preservación de su vida en
el embarazo y su nacimiento. Su deseo de
muerte, también apela a que Dios hubiese terminado con su vida en estas etapas. Luego veremos que las palabras de Job a partir del
versículo 16, hacen mención al aborto, en el que no hay una voluntad divina
sino humana.
Creo que Job
plantea una diferencia entre aquel niño que muere in útero por voluntad de
Dios, y aquel que muere por voluntad humana, mediante el aborto. El niño que
muere por voluntad de Dios, por ejemplo en un Aborto espontáneo, involuntario,
su descanso es con Reyes, Consejeros, Príncipes. En cambio aquel niño que muere
como un abortivo, el lugar de descanso
de estos pequeños será junto a aquellos que durante su vida sufrieron opresión, esclavitud, dolor.
El niño Abortado:
versículos 16 al 19
¿Por qué no fui
escondido como abortivo, Como los pequeñitos que nunca vieron la luz? Allí los
impíos dejan de perturbar, Y allí descansan los de agotadas fuerzas. Allí
también reposan los cautivos; No oyen la voz del capataz. Allí están el chico y
el grande, Y el siervo libre de su señor.
Lo conmovedor y que debe remecer
nuestras vidas es entender que HAY un destino para un niño abortado.
La
provisión de Dios no es sólo para los que alcanzamos a vivir en plenitud de la
vida, también lo es para aquellos que no alcanzaron esta vida bajo el sol,
aquellos que como plantea Job, son escondidos.
Esta
es la realidad del Aborto, niños escondidos, vidas escondidas, pero no eliminadas.
El uso de la palabra escondido[3] no
es al azar, es la realidad que conoce Job, es la realidad que conoce Salomón (probablemente el autor del libro de
Job), es decir, se cubre y se esconde la existencia de un ser humano, por miles de
motivos.
Pero
los motivos no eliminan a esta persona, por muy fuertes que sean, solo las
esconden., y su destino posterior, es el
mismo de cualquier otro ser humano, el descanso, el reposo.
El
punto es, que a través del aborto, se presume que respecto de esta vida, todo
se ha acabado, ya no habrá planes interrumpidos, vidas truncadas. Sin embargo,
estamos tan equivocados, nada ha terminado. Un niño abortado es una víctima de
la miseria humana, pero para este niño, la provisión del reposo y el descanso
no faltará, pues ello depende de alguien que
nunca fallará DIOS.
¿Dónde están ellos?, ¿Dónde fueron
escondidos?
Ellos descansan en
el mismo lugar en el que lo hacen aquellos que han sufrido la
injusticia, la maldad, el abuso, la esclavitud:
Job Cap. 3, ver 17 “Allí los impíos dejan de perturbar, Y allí descansan los de
agotadas fuerzas, Allí también reposan los cautivos; No oyen la voz del
capataz. Allí están el chico y el grande, Y el siervo libre de su señor”
En este lugar la
maldad del hombre no tiene alcance, los malos ya no perturban, no causan temor,
aquellos desolados fatigados ya no sufren el abuso humano, los cautivos no serán
alcanzados por sus amos. Allí se encuentran 2 condiciones que revelan la visión
de Dios respecto del hombre: la igualdad y la libertad, para todos los seres
humanos, independiente de su edad y de su raza.
Vemos una vez más, en la manifestación absoluta de la
injusticia y la miseria humana, la provisión y el cuidado de Dios.
Una de los conceptos que se asume en la memoria de
aquellos que son partidarios del aborto, es que terminar con la vida de un niño
mediante el aborto voluntario es igual que la muerte que se produce
involuntariamente en el caso de un aborto espontáneo. Hoy, Sabemos que no es así.
La reflexión en
Eclesiastés[4]:
La vida de un niño abortado:
Aunque el hombre
engendraré cien hijos, y viviere muchos años, y los días de su edad fueren
numerosos; si su alma no se sació del bien y también careció de sepultura, yo
digo que un abortivo es mejor que él.
Porque este en vano viene y a las tinieblas va y con tinieblas su nombre es
cubierto. Además no ha visto el sol, ni lo ha conocido; más reposo[5] tiene este que aquel. Porque si aquel viviere
mil años dos veces, sin gustar del bien, ¿no van todos al m ismo lugar?
Eclesiastés cap.
6, 3-6
Cada niño abortado
ha iniciado un viaje, el viaje de la vida en la concepción, cada vida gestada
se inicia en la voluntad de Dios. En la formación de un ser humano se requieren
una infinidad de condiciones;
1.
Una madre sana.
2.
Un padre que aporta una cantidad adecuada de
espermatozoides (15 a 20 millones por ml) capaces de fecundar.
3.
Un óvulo que ha pasado un proceso de selección entre
varios folículos primordiales.
4.
Que se produzca la fecundación, en el lugar y el ambiente
adecuado
5.
Que se inicien las divisiones celular con el intercambio
genético
6.
Que se inicie el viaje por la trompas de Falopio a la cavidad
uterina
7.
Que el endometrio sea receptivo
8.
Que se logre la implantación
9.
Que se inicie la secreción de HCG para avisar que hay una nueva vida y se detenga entonces el
ciclo menstrual, se ordene y especialice cada célula de acuerdo al órgano que
va a formar, etc.
Esto es respecto de la parte biológica. Cuando un niño es
abortado, el viaje es en vano.
En vano por qué,
para quién.
“Además no ha visto el Sol, ni lo ha conocido”. Salomón
en el libro de Eclesiastés se refiere a la vida misma, al goce y disfrute de la
vida, como aquello que ocurre bajo el sol. Un niño abortado ha tenido su
viaje en vano, debía ver el sol, debía conocer el sol, es decir debía vivir
todo lo que se vive una vez salido del útero, debía conocer a su madre, ser
amamantado recibir caricias, conocer a su familia, jugar, crecer, trabajar,
amar, tener alegría, conocer el bien, conocer a Dios.
El niño abortado ha venido en vano, porque no ha de vivir
su vida bajo el sol. Pero, no ha desaparecido, solo ha sido ocultado, y como
dice la palabra su nombre ha sido
cubierto con tinieblas.
SU NOMBRE, su identidad, única e
irrepetible, presumiblemente borrada[6],
pero en realidad solo cubierta.
Lo dramático es que tanto si un hombre viviere mil años dos veces, o si fuere
abortado, ambos y todos van al mismo lugar.
Con el aborto
nada ha terminado, sólo ha sido ocultado y quien se ha hecho cargo de ese niño,
de proporcionarle Paz y Descanso es
nuestro Dios, Job lo sabía.
Un Niño Abortado
necesita reposo, calma, sosiego, Dios es su proveedor.
De acuerdo a lo
informado por Vida Humana Internacional[7]
Anualmente se realizan 53
millones de aborto legales. Ello
significa que durante el período de 1960 al 2009, los abortistas quirúrgicos
han matado aproximadamente a 1.76 mil millones de bebés, cifra que equivale a
la cuarta parte de toda la población mundial.
Obviamente
la palabra se hace realidad una vez más,
Porque mis pensamientos no son
vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová.
Como son más altos los cielos que la
tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos
más que vuestros pensamientos.
Isaías 55:8-9 Reina-Valera 1960
(RVR1960)
Y
así es, lo que nosotros pensamos se
encuentra a una distancia inalcanzable respecto del pensamiento de Dios.
Mientras los nombres de 1.76 mil millones de niños han sido cubiertos y
escondidos mediante el aborto, y en nuestro país se discute una ley para
continuar escondiendo niños, Dios ha
provisto para ellos el descanso y el reposo. Dios les conoce, conoce los
nombres de cada uno, y los ha puesto en aquel lugar en que nunca más la maldad humana les alcanzará.
[1] El libro no nombra a su autor. Job es un
candidato poco probable porque el mensaje del libro descansa en la ignorancia
de Job de los acontecimientos que ocurrieron en el cielo con relación a su
situación. Una tradición talmúdica sugiere a Moisés como el autor debido a que
la tierra de Uz (1:1) era adyacente a Madián donde Moisés vivió durante
cuarenta años, y él pudo haber obtenido un registro de la historia ahí. Salomón
también es una buena posibilidad debido a la semejanza en contenido con partes
del libro de Eclesiastés, como también el hecho de que Salomón escribió los
otros libros de sabiduría (a excepción de Salmos, y fue el autor de los Salmos
72 y 127). Aunque vivió mucho tiempo después de Job, Salomón pudo haber escrito
de acontecimientos que ocurrieron mucho tiempo antes de él.
MacArthur, J. (1997). Biblia de Estudio MacArthur (Job).
Nashville, TN: Thomas Nelson.
[2] Reina Valera Revisada (1960). (1998).
(Job 1.8). Miami: Sociedades Bíblicas Unidas.
[3] טמן QAL: Esconder, enterrar. Chávez, M.
(1992). Diccionario de hebreo bíblico
(1. ed., p. 230). El Paso, Tx: Editorial Mundo Hispano.
El perfil autobiográfico del escritor del libro sin
duda alguna apunta a Salomón. La evidencia abunda: 1) el título encaja con
Salomón, “hijo de David, rey en Jerusalén” (1:1) y “rey sobre Israel en
Jerusalén” (1:12); 2) la odisea moral del autor relata la vida de Salomón (1 R
2–11); y 3) el papel de uno que “enseñó sabiduría al pueblo” y escribió “muchos
proverbios” (12:9) corresponde a su vida. Todos estos apuntan a Salomón, el
hijo de David, como el autor.
Una vez que Salomón es aceptado como el autor, la
fecha y ocasión se vuelven claras. Salomón lo escribió probablemente en sus
últimos años (no más tarde de alrededor el 931 a.C.), primordialmente para
advertir a los jóvenes de su reino, sin omitir a otros. Él les advirtió que
evitaran caminar en la vida por el camino de la sabiduría humana; él los
exhortó a vivir por la sabiduría revelada de Dios (12:9–14).
MacArthur, J. (1997). Biblia de Estudio MacArthur
(Ec). Nashville, TN: Thomas Nelson.
[5] 5184
(II) נַחַת Reposo, calma, sosiego. Chávez, M. (1992).
Diccionario de hebreo bı́blico (1. ed., p. 427). El Paso, Tx: Editorial Mundo
Hispano.
[6] Código Civil, Libro II, Art. 74. La
existencia legal de toda persona principia al nacer, esto es, al separarse
completamente de su madre.
La criatura que muere en el vientre materno, o que perece antes de estar completamente separada de su madre, o que no haya sobrevivido a la separación un momento siquiera, se reputará no haber existido jamás.
La criatura que muere en el vientre materno, o que perece antes de estar completamente separada de su madre, o que no haya sobrevivido a la separación un momento siquiera, se reputará no haber existido jamás.
[7] http://vidahumana.org/aborto/leyes/item/1694-visi%C3%B3n-general-de-las-estad%C3%ADsticas-del-aborto-en-el-mundo
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