Donde está mi Hijo?, una pregunta necesaria al hablar de Aborto

¿Donde está  mi Hijo?

Carolina Antimán Echeverría

Para introducir el tema de este artículo les invito a ver  un video que relata de algún modo el sentido de esta pregunta. Es un video de un grupo en Chile, llamado Proyecto Esperanza que realiza acompañamiento  a Padres que experimentan la pérdida de un Hijo especialmente, a través de un Aborto provocado (https://www.youtube.com/watch?v=934TJ8C_dSQ ).
El video grafica la angustia y el sufrimiento de una Madre, por su hijo abortado. Ella  solo encuentra paz cuando esboza en un dibujo el rostro de este, su dolor entonces tiene identidad y ella puede descansar.

¿Por qué  esta pregunta?

Esta interrogante es necesaria,  y responderla  nos llevará a comprender que aún en el escenario actual, en el que una gran cantidad de Chilenos  apoya la idea de legislar acerca del aborto,  y aunque en el mundo existe una concepción  que legitima esta barbarie, Dios desde siempre ha provisto su Misericordia y Amor con el más débil.
Desde hace mucho, probablemente  casi  3500 años,  la Biblia describe que aquellos que pretendieron ser escondidos, a través del Aborto,  encontrarían el descanso, la protección y el reposo eterno en Dios.
Es bueno  comprender este punto de vista del Aborto, y preguntarnos; ¿Dónde están?
Será útil  comprender que cada niño abortado, sólo ha sido OCULTADO, ESCONDIDO.
Será útil para todos aquellos que como decía en una de sus predicaciones el Pastor Edito Espinoza, apoyan esta iniciativa y por tanto también sostendrán la mano del médico que practique  el aborto.
Será necesario para aquel  Pastor que reciba a estos Padres llenos de culpa y dolor por haber abortado a sus Hijos.
Será, sin duda, Sanador, para aquella Madre que sufre año tras año, la tristeza, la angustia y el dolor de haber terminado con la vida de su Hijo. Sanador, porque ellos, los niños abortados,  están en brazos del Señor, y es con Él, que encontrarán la libertad del Perdón.
Finalmente será en Cristo, que aquellos que han participado directa o indirectamente de un aborto, encontraran Paz.


Hoy, en nuestro país se discute una ley para despenalizar el aborto. Sabemos que se trata de un proyecto que pretende más de lo que dicen los discursos y las frases populistas que apelan a los derechos humanos (http://tiempodevida.blogspot.com/2015/02/el-proyecto-de-aborto-de-la-presidenta.html ).

Para la mayoría de los partidarios del aborto, lo que se eliminaría no sería más que un montón de células o tejido, sin identidad, sin ningún derecho. Generalmente la discusión se centra  en la materialidad del asunto, buscando disponer de las células, el embrión o el feto, sano o enfermo. La discusión entonces se ajustará a temas como  quienes podrán, o quienes lo harán, con qué justificación, con que financiamiento, con qué técnica, etc.
Nadie discutirá de la disposición y el trato digno que se debe dar a un ser humano cuando fallece, porque en estos términos  “No se tratará de un ser Humano”, recordemos que la  lucha de los grupos pro aborto, se reduce  sólo a  los derechos de la mujer.
¿Qué sucederá con los restos de los niños?, lamentablemente desde un punto de vista de una Muerte Digna, no tendrá mayor relevancia.

¿Qué tan grave puede ser abortar?,  ¿las personas que son partidarias de la despenalización del aborto entienden el real valor de la criatura a la que se está eliminando?, ¿Por qué  si abortar es bueno hay mujeres y hombres que pasarán toda su vida, lamentando haber dado este paso?


He observado que en la reflexión del aborto siempre se pretende quitar todo sesgo religioso, aparentemente no sería objetivo, ni serio, y probablemente poco relevante incluir a Dios, quizás sea visto como menos intelectual. Sin embargo considero que es imposible aislar esta reflexión  al mero razonamiento humano.
Hay una meditación necesaria, más bien imprescindible,  debemos ser humildes y preguntarnos  que puede Dios pensar acerca de lo que en nuestro mundo se hace con los niños en etapa pre natal. Digo ser humildes, de forma que podamos  entender que es imposible sacar a Dios y fundamentar nuestra postura frente al aborto solo en argumentos humanos. He visto una necesidad en  aquellos que defienden la vida, de plantear el tema fuera del asunto religioso, pues la mayoría de los partidarios del aborto, como no creen en Dios, la consideran una discusión no válida.
Es necesaria está reflexión, pues es razonable escuchar al Creador, intentar comprender al que determinó que cada vida que se iniciaré en este mundo, emprendiera este viaje, a partir de la vida conyugal, y que cada ser humano ocuparé como primer Hogar, el vientre de una mujer.
Nuestros pensamientos, respecto de los de Dios son distantes, bajos, limitados, pobres. Afirmar nuestras posturas exclusivamente en nuestro razonamiento es sin duda, peligroso.
Mientras seguimos discutiendo acerca del valor de la vida de un ser humano en estado de Cigoto o de adulto, hace unos cuantos miles de años,  la Biblia, que es la palabra de Dios, la revelación de la voluntad de Dios al hombre, mostraba una claridad absoluta al respecto, y  deseo compartirla  en este texto.

Para ello, tomaremos dos libros de la Biblia, que se encuentran en el Antiguo Testamento;  Job[1] y Eclesiastés. Ambos se presumen de la autoría del Rey Sabio, Salomón.
En ambos libros, encontramos profundas reflexiones acerca del niño abortado, probablemente remecerán nuestro entendimiento, nuestra visión respecto del aborto y obvia e idealmente nuestra postura acerca del tema.

A pesar de que soy Matrona y desde el punto de vista científico puedo manejar un poco de más de conocimientos,  también curse 2 años de Derecho por lo que puedo entender un poco más el tema desde el punto de vista legal, he visto por años que ni una ni otra argumentación son capaces de convencer a las personas y generar un cambio de conducta o de opinión respecto del valor de la vida.
En mi modesta reflexión  todo se inicia y termina acá:


La ley de Jehová es perfecta, que convierte el alma;
Salmo 19:7


Estoy convencida, de que comprender a partir de la Palabra de Dios  el tema del aborto, es absolutamente necesario y absolutamente efectivo. Dimensionar el real alcance de un aborto desde el  prisma de Dios, es simplemente estremecedor.

Primero la reflexión la centraremos en el libro de Job. El libro de Job es el libro más antiguo de la Biblia, probablemente  los hechos que relata ocurrieron entre los años 1800 a 1500  a.C, y los manuscritos son de aproximadamente  1450 a 930 a. Es necesario destacar que todo lo que Job conoce de Dios es a partir de una estrecha comunión con Dios,  Job no es Judío,  no tiene la Torá, no conoce tradiciones Judías ni va al Templo.

Que mejor para conocer a Job, que escuchar la opinión que Dios mismo tenía de él:

¿No has considerado a mi siervo Job, que no hay otro como él en la tierra, varón perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal? [2]

Job sabe que Dios ha cuidado de Él, y efectivamente de esta forma había sido, los ojos de Dios observaban continuamente a Job
Job era un Hombre Bueno, rico, prospero, que Amaba y servía a Dios, pero que en asunto de días, perdió su riqueza, murieron todos sus hijos y fue tocado con una enfermedad mortal.
En  este estado de  ruina que sucedió a Job,  su pesar fue tal  que comenzó a desear la muerte, ansiando que Dios no hubiese permitido su existencia, y es en este punto, a través de este lamento, que vemos a Job exponiendo su conocimiento del cuidado que Dios había tenido de su vida, no desde que nació sino desde la concepción
.
Job Capítulo 3, versículo 1 al 19.

Después de esto abrió Job su boca, y maldijo su día. Y exclamó Job, y dijo: Perezca el día en que yo nací, Y la noche en que se dijo: Varón es concebido. Sea aquel día sombrío, Y no cuide de él Dios desde arriba, Ni claridad sobre él resplandezca.             Aféenlo tinieblas y sombra de muerte; Repose sobre él nublado Que lo haga horrible como día caliginoso. Ocupe aquella noche la oscuridad; No sea contada entre los días del año, Ni venga en el número de los meses. ¡Oh, que fuera aquella noche solitaria, Que no viniera canción alguna en ella! Maldíganla los que maldicen el día, Los que se aprestan para despertar a Leviatán. Oscurézcanse las estrellas de su alba; Espere la luz, y no venga, Ni vea los párpados de la mañana; Por cuanto no cerró las puertas del vientre donde yo estaba, Ni escondió de mis ojos la miseria. ¿Por qué no morí yo en la matriz, O expiré al salir del vientre? ¿Por qué me recibieron las rodillas? ¿Y a qué los pechos para que mamase? Pues ahora estaría yo muerto, y reposaría; Dormiría, y entonces tendría descanso, Con los reyes y con los consejeros de la tierra, Que reedifican para sí ruinas; O con los príncipes que poseían el oro, Que llenaban de plata sus casas. ¿Por qué no fui escondido como abortivo, Como los pequeñitos que nunca vieron la luz? Allí los impíos dejan de perturbar, Y allí descansan los de agotadas fuerzas. Allí también reposan los cautivos; No oyen la voz del capataz.            Allí están el chico y el grande, Y el siervo libre de su señor.


 La Tristeza y el dolor de Job eran de tal magnitud que deseaba nunca haber existido. Job se lamenta del trayecto de su vida, su lamento parte desde la noche en que es concebido y es a través, de este lloro que vemos a Job identificar al único responsable de haber preservado su vida en cada etapa, concepción, embarazo, nacimiento, lactante, etc.;  Dios.

Les invito entonces a reflexionar acerca del texto:

 Los Cuidados de Dios:

1    Del Día en que nació: Versículos 2 al 5.

Y exclamó Job, y dijo: Perezca el día en que yo nací, Y la noche en que se dijo: Varón es concebido.  Sea aquel día sombrío, Y no cuide de él Dios desde arriba, Ni claridad sobre él resplandezca.  Aféenlo tinieblas y sombra de muerte; Repose sobre él nublado Que lo haga horrible como día caliginoso.

Job entiende que hasta en el día de su nacimiento, los ojos de Dios estaban  sobre él, y que todas las circunstancias humanas que rodearon su vida desde la concepción, habían sido resguardadas por Dios.

2    De la Noche en que fue concebido: Versículo 3.

Job reconoce que su concepción es un evento observado por Dios. Este es realmente  un punto extraordinario  “La noche en que se dijo varón es concebido”.
El periodo desde la concepción, es decir desde que se produce la unión entre el espermatozoide y el óvulo, hasta la implantación,  es un periodo conocido como “oscuro” para la ciencia, nadie sabe que un embarazo se ha iniciado sino hasta la implantación, momento en que se comienza la secreción de HCG por parte del sicitiotrofoblasto, esta hormona es medible en la sangre y la orina y es la primera señal de embarazo.
¿Quién dijo entonces varón es concebido?

Efectivamente es en la concepción en que se determina genéticamente el sexo de cada ser humano.
Job se refiere a esta noche como una noche no solitaria en donde hubo canción refiriéndose al deleite conyugal. ¿Quién pudo saber hace 3500 o 3800 años que allí fue concebido un varón, si aún hoy para conocer el sexo del niño se espera la ecografía de después de la 16 semanas, los más expertos, o un muestra de células del feto, el líquido amniótico o la placenta? Job reconoce la Soberanía de Dios nuevamente.

De su parto: Versículos 10 al 12

            Por cuanto no cerró las puertas del vientre donde yo estaba, Ni escondió de mis ojos la miseria. ¿Por qué no morí yo en la matriz, O expiré al salir del vientre?        ¿Por qué me recibieron las rodillas? ¿Y a qué los pechos para que mamase?

Job también atribuye a Dios el haber permitido su parto, no cerrando el vientre donde estaba. Cuando se refiere en el versículo 12 a las rodillas, nos permite presumir que fue un parto en posición vertical,  o que esta era la forma de parir en esta época.


Job lamenta vivir y plantea haber fallecido siendo feto y  recién nacido, lamenta haber tenido el sustento de la lactancia. Nunca esboza una diferencia entre  cada una de estas etapas, como se hace hoy, siempre se refiere a su persona tanto in útero como fuera de él. No vemos el concepto  de persona en potencia como se hace hoy. 



Job entonces comienza a reflexionar acerca de dónde estaría si hubiese muerto en algunas de estas etapas de su vida. Se refiere  primero acerca de la muerte  permitida por Dios y  a continuación  su reflexión es acerca de su destino si hubiese sido abortado.

              De haber muerto in útero o en el parto, Job plantea un destino común para cada una de las etapas. Versículos 13 al 15.

            Pues ahora estaría yo muerto, y reposaría; Dormiría, y entonces tendría descanso, Con los reyes y con los consejeros de la tierra, Que reedifican para sí ruinas; O con los príncipes que poseían el oro, Que llenaban de plata sus casas
.
En estos versículos Job plantea  que  tanto si hubiese muerto en el vientre o en su nacimiento,  su destino hubiese estado en descansar y reposar al igual que los reyes, los consejeros de la tierra, los príncipes. Job,  plantea una condición de igualdad, entre un Feto,  Un Recién Nacido,  Un Lactante, un Rey, un Príncipe, un Consejero.
Como un niño abortado no tiene sepultura, y de sus restos se dispone como cualquier desecho orgánico, obviamente descartamos de nuestras mentes que pueda tener un destino una vez fallecido, es algo en lo que no pensamos.

Si embargo, mientras el Ser Humano se empeña en establecer enormes diferencias entre el valor de  la vida de un feto y la de una mujer, quitando el derecho a la vida a uno, por el derecho a la libertad del segundo, resulta que  para Dios, el valor de la Vida es uno, único y no tiene relación con la edad, ni el desarrollo intelectual, ni las riquezas. Tanto un niño que muere in útero, como un Rey lleno de riquezas, tiene descanso en DIOS.

 En esta reflexión, Job atribuye a la Voluntad de Dios su concepción, la preservación de su vida en el embarazo y  su nacimiento. Su deseo de muerte, también apela a que Dios hubiese terminado con su vida en estas etapas. Luego veremos que las palabras de Job  a partir del versículo 16, hacen mención al aborto, en el que no hay una voluntad divina sino humana.
Creo que  Job plantea una diferencia entre aquel niño que muere in útero por voluntad de Dios, y aquel que muere por voluntad humana, mediante el aborto. El niño que muere por voluntad de Dios, por ejemplo en un Aborto espontáneo, involuntario, su descanso es con Reyes, Consejeros, Príncipes. En cambio aquel niño que muere como  un abortivo, el lugar de descanso de estos pequeños será junto a aquellos que durante su vida sufrieron opresión, esclavitud, dolor.

El niño Abortado: versículos 16 al 19

¿Por qué no fui escondido como abortivo, Como los pequeñitos que nunca vieron la luz? Allí los impíos dejan de perturbar, Y allí descansan los de agotadas fuerzas. Allí también reposan los cautivos; No oyen la voz del capataz. Allí están el chico y el grande, Y el siervo libre de su señor.

Lo conmovedor y que debe remecer nuestras vidas es entender que HAY un destino para  un niño abortado.

La provisión de Dios no es sólo para los que alcanzamos a vivir en plenitud de la vida, también lo es para aquellos que no alcanzaron esta vida bajo el sol, aquellos que como plantea Job, son escondidos.
Esta es la realidad del Aborto, niños escondidos, vidas escondidas, pero no  eliminadas.
El uso de la palabra escondido[3] no es al azar, es la realidad que conoce Job, es la realidad que conoce  Salomón (probablemente el autor del libro de Job),  es decir,  se cubre y se esconde la  existencia de un ser humano, por miles de motivos.
Pero los motivos no eliminan a esta persona, por muy fuertes que sean, solo las esconden., y su destino posterior,  es el mismo de cualquier otro ser humano, el descanso, el reposo.
El punto es, que a través del aborto, se presume que respecto de esta vida, todo se ha acabado, ya no habrá planes interrumpidos, vidas truncadas. Sin embargo, estamos tan equivocados, nada ha terminado. Un niño abortado es una víctima de la miseria humana, pero para este niño, la provisión del reposo y el descanso no faltará, pues ello depende de alguien que  nunca fallará DIOS.

¿Dónde están ellos?, ¿Dónde fueron escondidos?

Ellos  descansan en  el mismo lugar en el que lo hacen aquellos que han sufrido la injusticia, la maldad, el abuso, la esclavitud:

Job Cap. 3, ver 17 “Allí los impíos dejan de perturbar, Y allí descansan los de agotadas fuerzas, Allí también reposan los cautivos; No oyen la voz del capataz. Allí están el chico y el grande, Y el siervo libre de su señor”

En  este lugar la maldad del hombre no tiene alcance, los malos ya no perturban, no causan temor, aquellos desolados fatigados ya no sufren el abuso humano, los cautivos no serán alcanzados por sus amos. Allí se encuentran 2 condiciones que revelan la visión de Dios respecto del hombre: la igualdad y la libertad, para todos los seres humanos, independiente de su edad y de su raza.
Vemos una vez más, en la manifestación absoluta de la injusticia y la miseria humana, la provisión y el cuidado de Dios.
Una de los conceptos que se asume en la memoria de aquellos que son partidarios del aborto, es que terminar con la vida de un niño mediante el aborto voluntario es igual que la muerte que se produce involuntariamente en el caso de un aborto espontáneo. Hoy, Sabemos que no es así.

La reflexión en Eclesiastés[4]: La vida de un niño abortado:

Aunque el hombre engendraré cien hijos, y viviere muchos años, y los días de su edad fueren numerosos; si su alma no se sació del bien y también careció de sepultura, yo digo que un abortivo es mejor que él. Porque este en vano viene y a las tinieblas va y con tinieblas su nombre es cubierto. Además no ha visto el sol, ni lo ha conocido; más reposo[5]  tiene este que aquel. Porque si aquel viviere mil años dos veces, sin gustar del bien, ¿no van todos al m ismo lugar?
Eclesiastés cap. 6, 3-6

Cada niño  abortado ha iniciado un viaje, el viaje de la vida en la concepción, cada vida gestada se inicia en la voluntad de Dios. En la formación de un ser humano se requieren una infinidad de condiciones;

1.      Una madre sana.
2.      Un padre que aporta una cantidad adecuada de espermatozoides (15 a 20 millones por ml) capaces de fecundar.
3.      Un óvulo que ha pasado un proceso de selección entre varios folículos primordiales.
4.      Que se produzca la fecundación, en el lugar y el ambiente adecuado
5.      Que se inicien las divisiones celular con el intercambio genético
6.      Que se inicie el viaje por la trompas de Falopio a la cavidad uterina
7.      Que el endometrio sea receptivo
8.      Que se logre la implantación
9.      Que se inicie la secreción de HCG para avisar que  hay una nueva vida y se detenga entonces el ciclo menstrual, se ordene y especialice cada célula de acuerdo al órgano que va a formar, etc.

Esto es respecto de la parte biológica. Cuando un niño es abortado, el viaje es en vano.

En vano por qué, para quién.

“Además no ha visto el Sol, ni lo ha conocido”. Salomón en el libro de Eclesiastés se refiere a la vida misma, al goce y disfrute de la vida, como aquello que  ocurre bajo el sol. Un niño abortado ha tenido su viaje en vano, debía ver el sol, debía conocer el sol, es decir debía vivir todo lo que se vive una vez salido del útero, debía conocer a su madre, ser amamantado recibir caricias, conocer a su familia, jugar, crecer, trabajar, amar, tener alegría, conocer el bien, conocer a Dios.
El niño abortado ha venido en vano, porque no ha de vivir su vida bajo el sol. Pero, no ha desaparecido, solo ha sido ocultado, y como dice la palabra su nombre ha sido cubierto con tinieblas.
SU NOMBRE, su identidad, única e irrepetible, presumiblemente borrada[6], pero en realidad solo cubierta.
Lo dramático es que tanto si un hombre  viviere mil años dos veces, o si fuere abortado, ambos y todos van al mismo lugar.
Con el aborto nada ha terminado, sólo ha sido ocultado y quien se ha hecho cargo de ese niño, de proporcionarle Paz y Descanso  es nuestro Dios, Job lo sabía.
Un Niño Abortado necesita reposo, calma, sosiego, Dios es su proveedor.

De acuerdo a lo informado por Vida Humana Internacional[7]

Anualmente se realizan 53 millones de aborto legales. Ello significa que durante el período de 1960 al 2009, los abortistas quirúrgicos han matado aproximadamente a 1.76 mil millones de bebés, cifra que equivale a la cuarta parte de toda la población mundial.

Obviamente la palabra se hace realidad una vez más,

Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová.
Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos.
Isaías 55:8-9 Reina-Valera 1960 (RVR1960)

Y así es, lo que nosotros pensamos  se encuentra a una distancia inalcanzable respecto del pensamiento de Dios. Mientras los nombres de 1.76 mil millones de niños han sido cubiertos y escondidos mediante el aborto, y en nuestro país se discute una ley para continuar escondiendo niños,  Dios ha provisto para ellos el descanso y el reposo. Dios les conoce, conoce los nombres de cada uno, y los ha puesto en aquel lugar en que nunca más  la maldad  humana les alcanzará.





[1] El libro no nombra a su autor. Job es un candidato poco probable porque el mensaje del libro descansa en la ignorancia de Job de los acontecimientos que ocurrieron en el cielo con relación a su situación. Una tradición talmúdica sugiere a Moisés como el autor debido a que la tierra de Uz (1:1) era adyacente a Madián donde Moisés vivió durante cuarenta años, y él pudo haber obtenido un registro de la historia ahí. Salomón también es una buena posibilidad debido a la semejanza en contenido con partes del libro de Eclesiastés, como también el hecho de que Salomón escribió los otros libros de sabiduría (a excepción de Salmos, y fue el autor de los Salmos 72 y 127). Aunque vivió mucho tiempo después de Job, Salomón pudo haber escrito de acontecimientos que ocurrieron mucho tiempo antes de él.
MacArthur, J. (1997). Biblia de Estudio MacArthur (Job). Nashville, TN: Thomas Nelson.

[2] Reina Valera Revisada (1960). (1998). (Job 1.8). Miami: Sociedades Bíblicas Unidas.
[3] טמן  QAL: Esconder, enterrar. Chávez, M. (1992). Diccionario de hebreo bíblico (1. ed., p. 230). El Paso, Tx: Editorial Mundo Hispano.
[4]
El perfil autobiográfico del escritor del libro sin duda alguna apunta a Salomón. La evidencia abunda: 1) el título encaja con Salomón, “hijo de David, rey en Jerusalén” (1:1) y “rey sobre Israel en Jerusalén” (1:12); 2) la odisea moral del autor relata la vida de Salomón (1 R 2–11); y 3) el papel de uno que “enseñó sabiduría al pueblo” y escribió “muchos proverbios” (12:9) corresponde a su vida. Todos estos apuntan a Salomón, el hijo de David, como el autor.
Una vez que Salomón es aceptado como el autor, la fecha y ocasión se vuelven claras. Salomón lo escribió probablemente en sus últimos años (no más tarde de alrededor el 931 a.C.), primordialmente para advertir a los jóvenes de su reino, sin omitir a otros. Él les advirtió que evitaran caminar en la vida por el camino de la sabiduría humana; él los exhortó a vivir por la sabiduría revelada de Dios (12:9–14).
MacArthur, J. (1997). Biblia de Estudio MacArthur (Ec). Nashville, TN: Thomas Nelson.
[5] 5184 (II) נַחַת  Reposo, calma, sosiego. Chávez, M. (1992). Diccionario de hebreo bı́blico (1. ed., p. 427). El Paso, Tx: Editorial Mundo Hispano.
[6] Código Civil, Libro II, Art. 74. La existencia legal de toda persona principia al nacer, esto es, al separarse completamente de su madre.
La criatura que muere en el vientre materno, o que perece antes de estar completamente separada de su madre, o que no haya sobrevivido a la separación un momento siquiera, se reputará no haber existido jamás
.

[7] http://vidahumana.org/aborto/leyes/item/1694-visi%C3%B3n-general-de-las-estad%C3%ADsticas-del-aborto-en-el-mundo

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